Artículo de opinión.
Virginia Gil, Directora de la Plataforma Logística Aquitaine-Euskadi
Dicen los economistas, que el transporte de mercancías es un barómetro de la economía. Empresas automovilísticas cierran sus plantas, siderúrgicas detienen sus hornos. Desde Europa se frena las importaciones de productos manufacturados provenientes de China, y a su vez China reduce las importaciones de materias primas. Y todo ello repercute inevitablemente en el transporte marítimo, terrestre, aéreo y ferroviario. La carretera está viviendo una situación crítica por todos conocida, el sector marítimo, ve como el tráfico de contenedores se resiente (y el contenedor es el mejor reflejo del comercio mundial), el ferroviario acusa el descenso de tráficos de automóviles y siderúrgicos, y el aéreo también sufre importantes descensos (-13.5% en noviembre 2008 según fuentes de la IATA).
Así terminamos el 2008, que nos abre las puertas a un 2009 sin buenos presagios. La recesión conlleva la caída del sector y según el banco mundial, el crecimiento del planeta no debería superar este año el 0.9%, el comercio mundial debería bajar 2,1%,y se prevé una disminución del 35% del crecimiento asiático.
Los momentos de crisis no son ajenos a ninguno de nosotros. La diferencia radica en la manera que tenemos de afrontar los cambios, las carencias. En época de crisis es cuando se pone a prueba la naturaleza de cada ser humano. Podemos llorar y quejarnos, o podemos ver la oportunidad que existe. En cada crisis hay una oportunidad, aunque muchas ocasiones es difícil verla, o resulta más cómodo no buscarla. Pero si no lo buscamos nosotros, alguien lo hará. Mientras unos lloran, otros fabrican pañuelos.
Y en transporte y logística ocurre lo mismo. En ese sentido ahora y más que nunca, aprovechando el periodo de desaceleración de las actividades, es el momento para diseñar nuevas estrategias y nuevos modelos de gestión, para invertir, implementar nuevos paradigmas de negocio y apostar entre otros, por la internacionalización, la innovación, la cooperación. En lo que a logística y transporte se refiere, este año y los siguientes será necesario apostar inevitablemente por la logística colaborativa y la logística verde.
El informe “2016 Future Supply Chain” publicado bajo los auspicios de CGI (Global Commerce Iniative), presenta opciones discutidas por 24 grandes empresas. En dicho informe se hace entre otros temas, mucho hincapié en el concepto de logística colaborativa, y entiende que en un futuro cercano, será la opción a seguir. Si entendemos la cadena de suministro como un conjunto consolidado, se podría visualizar una cooperación entre competidores. El futuro se describe como un lugar en el que la competencia entre los actores del sector pasará por fases de colaboración. La presión de la gran distribución para disminuir los stocks, el coste de la energía, la reglamentación de los repartos en la ciudad así como los imperativos u obligaciones internacionales van a propiciar la evolución de las cadenas logísticas en su conjunto. Pasaríamos así de una logística centrada en la marca a una logística más centrada en el lugar. La primera etapa consiste en una puesta en común de los flujos de varios industriales en un solo almacén, lo que permite a su vez repartir los costes del almacén y así reducirlos. Segunda etapa, llegar a un acuerdo entre cargadores sobre la estrategia de distribución, que es la etapa actual de la logística colaborativa. E ir un paso más allá supone una colaboración logística entre competidores como puede ser el caso de Bridgestone con Continental. Pero la logística colaborativa es aún más interesante y eficaz cuando toca de igual modo a los flujos de información y a las estrategias gracias a la estandarización de los intercambios de datos entre empresas. En la logística del futuro, la industria y la distribución tendrán que replantearse su manera de producir. Aunque también será necesario acelerar la colaboración entre competidores para tomar en cuanta el reto medioambiental.
Y es que cada vez más la logística sostenible o logística verde, se presenta como una opción a tener en cuenta para afrontar políticas de reducción de costes con una imagen menos agresiva. Dos consultoras a nivel mundial (Deloitte y Transport Intelligence Ltd) han realizado informes sobre este tema y coinciden en que la sostenibilidad se enmarca como una oportunidad en tiempos de incertidumbre para promover ciertos cambios en la cadena de suministro y reducir así los costes. Los motivos para decantarse por la logística verde son diferentes: aumento de la eficiencia de las operaciones de transporte de todos los eslabones de la cadena logística, reducción del consumo de energía, de los inventarios, de los stocks. Aunque se trata de una tendencia que todavía no se ha generalizado, son cada vez más las empresas (y más ahora aprovechando la actual coyuntura económica como incentivo) que abogan por una política sostenible de la cadena de suministro. Así algunas de las experiencias que se están llevando a cabo relacionadas son: la correcta gestión de los inventarios, la optimización del transporte para evitar movimientos en vacío a lo largo de la cadena, la formación de transportistas o la utilización de motores híbridos.
En el 2009 –y en los años posteriores- la sostenibilidad y la colaboración serán herramientas útiles y necesarias para el sector del transporte y logística. En tiempos de crisis, otras herramientas útiles son la internacionalización y la innovación. Miguel Ángel Fernandez Ordoñez, Gobernador del Banco de España, comentaba de igual modo la necesidad de liberalizar las cadenas de distribución de mercancías y la prestación de servicios, los puertos, aeropuertos, el transporte ferroviario y la energía.
¿En un año marcado por la crisis, marcado por la oportunidad, qué perspectivas para el transporte y la logística? Como diría Peter Drucker, “la mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”.
Virginia Gil
Directora de la Plataforma logística Aquitaine Euskadi
Así terminamos el 2008, que nos abre las puertas a un 2009 sin buenos presagios. La recesión conlleva la caída del sector y según el banco mundial, el crecimiento del planeta no debería superar este año el 0.9%, el comercio mundial debería bajar 2,1%,y se prevé una disminución del 35% del crecimiento asiático.
Los momentos de crisis no son ajenos a ninguno de nosotros. La diferencia radica en la manera que tenemos de afrontar los cambios, las carencias. En época de crisis es cuando se pone a prueba la naturaleza de cada ser humano. Podemos llorar y quejarnos, o podemos ver la oportunidad que existe. En cada crisis hay una oportunidad, aunque muchas ocasiones es difícil verla, o resulta más cómodo no buscarla. Pero si no lo buscamos nosotros, alguien lo hará. Mientras unos lloran, otros fabrican pañuelos.
Y en transporte y logística ocurre lo mismo. En ese sentido ahora y más que nunca, aprovechando el periodo de desaceleración de las actividades, es el momento para diseñar nuevas estrategias y nuevos modelos de gestión, para invertir, implementar nuevos paradigmas de negocio y apostar entre otros, por la internacionalización, la innovación, la cooperación. En lo que a logística y transporte se refiere, este año y los siguientes será necesario apostar inevitablemente por la logística colaborativa y la logística verde.
El informe “2016 Future Supply Chain” publicado bajo los auspicios de CGI (Global Commerce Iniative), presenta opciones discutidas por 24 grandes empresas. En dicho informe se hace entre otros temas, mucho hincapié en el concepto de logística colaborativa, y entiende que en un futuro cercano, será la opción a seguir. Si entendemos la cadena de suministro como un conjunto consolidado, se podría visualizar una cooperación entre competidores. El futuro se describe como un lugar en el que la competencia entre los actores del sector pasará por fases de colaboración. La presión de la gran distribución para disminuir los stocks, el coste de la energía, la reglamentación de los repartos en la ciudad así como los imperativos u obligaciones internacionales van a propiciar la evolución de las cadenas logísticas en su conjunto. Pasaríamos así de una logística centrada en la marca a una logística más centrada en el lugar. La primera etapa consiste en una puesta en común de los flujos de varios industriales en un solo almacén, lo que permite a su vez repartir los costes del almacén y así reducirlos. Segunda etapa, llegar a un acuerdo entre cargadores sobre la estrategia de distribución, que es la etapa actual de la logística colaborativa. E ir un paso más allá supone una colaboración logística entre competidores como puede ser el caso de Bridgestone con Continental. Pero la logística colaborativa es aún más interesante y eficaz cuando toca de igual modo a los flujos de información y a las estrategias gracias a la estandarización de los intercambios de datos entre empresas. En la logística del futuro, la industria y la distribución tendrán que replantearse su manera de producir. Aunque también será necesario acelerar la colaboración entre competidores para tomar en cuanta el reto medioambiental.
Y es que cada vez más la logística sostenible o logística verde, se presenta como una opción a tener en cuenta para afrontar políticas de reducción de costes con una imagen menos agresiva. Dos consultoras a nivel mundial (Deloitte y Transport Intelligence Ltd) han realizado informes sobre este tema y coinciden en que la sostenibilidad se enmarca como una oportunidad en tiempos de incertidumbre para promover ciertos cambios en la cadena de suministro y reducir así los costes. Los motivos para decantarse por la logística verde son diferentes: aumento de la eficiencia de las operaciones de transporte de todos los eslabones de la cadena logística, reducción del consumo de energía, de los inventarios, de los stocks. Aunque se trata de una tendencia que todavía no se ha generalizado, son cada vez más las empresas (y más ahora aprovechando la actual coyuntura económica como incentivo) que abogan por una política sostenible de la cadena de suministro. Así algunas de las experiencias que se están llevando a cabo relacionadas son: la correcta gestión de los inventarios, la optimización del transporte para evitar movimientos en vacío a lo largo de la cadena, la formación de transportistas o la utilización de motores híbridos.
En el 2009 –y en los años posteriores- la sostenibilidad y la colaboración serán herramientas útiles y necesarias para el sector del transporte y logística. En tiempos de crisis, otras herramientas útiles son la internacionalización y la innovación. Miguel Ángel Fernandez Ordoñez, Gobernador del Banco de España, comentaba de igual modo la necesidad de liberalizar las cadenas de distribución de mercancías y la prestación de servicios, los puertos, aeropuertos, el transporte ferroviario y la energía.
¿En un año marcado por la crisis, marcado por la oportunidad, qué perspectivas para el transporte y la logística? Como diría Peter Drucker, “la mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”.
Virginia Gil
Directora de la Plataforma logística Aquitaine Euskadi
