miércoles, 2 de junio de 2010

Artículo de Opinión

¿Colaboras o compites?

Sucedió en el Salón Internacional de la Logística, que se celebró en Barcelona entre el 25 y 28 de mayo, pero no dejó de ser un acto discreto, que en gran medida pasó desapercibido a ojos de muchos. Tal vez por ello, estas líneas puedan ser útiles para comunicar y al mismo tiempo agradecer.


Comunicar sobre la iniciativa tomada por Barcelona Centre Logistic Catalunya de publicar un manual que recoge y describe como somos varias entidades similares, actuando en espacios geográficos diferentes, con muchos puntos de colaboración en común. Porque de lo que se trataba era de dejar a un margen particularismos y diferencias regionales y apostar por presentar en una única edición a Barcelona Catalunya Logistic Center (BCL), a Aragón Logística, a la Agencia Navarra de Logística (ANL) y a la Plataforma Logística Aquitania Euskadi (PLAE). Todo un reto en los tiempos competitivos que corren hoy en día. Porque el mercado, la ideología capitalista pide y exige competir.


Sin embargo pienso que por momentos, deberíamos alzar la vista y pensar con la mente más abierta, ensanchar horizontes por así decirlo.


De lo que se trata, creo y deberíamos tenerlo claro, es de evitar la deslocalización de empresas, es de bajar el precio de la unidad de mercancía transportada. Las infraestructuras, y entidades semejantes a la que represento, por no hablar de las Comunidades Autónomas, no deberían competir entre sí, sino que debería competir la economía española (y en algunos casos incluso la europea) frente a otras economías europeas y mundiales. El objetivo de la logística es la competitividad a nivel global. Lo que importa repito, es que la empresa sea competitiva y evitar que ésta se deslocalice. Y para ello hay que adaptar áreas logísticas a la economía, hay que adaptar infraestructuras, pero también hay que adaptarse y sobre todo colaborar, ser flexible. Trabajar en común y no frente a frente.
Cierto que cada uno, luchará en cierto modo por mejorar su territorio, su nivel local. Pero es necesario a menudo, ir más allá y pensar en global, que supuestamente es lo que hacemos, pero que tal vez no lo hagamos tan bien como deberíamos o como podríamos hacerlo, con un mínimo compromiso, con unos valores.


Hace unos días escuchaba en un foro hablar sobre economía abierta (
http://blog.consultorartesano.com) :
“Comparte con la sociedad lo que sabes hacer. Quizás no tengas que exigir dinero a cambio porque devolvemos lo que cogemos para el que el planeta acabe con aquella generación tan competitiva”


“Muéstrate como eres porque los demás ya lo saben, ya te conocen, y a veces mejor que tú. Explota tus defectos. La gente quiere ayudar a quienes lo necesitan.”


“Teje red. Ahí está el futuro en cooperación con la gente y las empresas que aún no conoces. Repiensa tu actividad empresarial como conector porque de ahí surgen inmensas posibilidades. Forma una comunidad, no compitas en un mercado.”


Y miraba las caras extrañadas de los allí presentes, empresarios en gran medida, cortados por el patrón del capitalismo, y no tanto por el humanismo del que se ha erigido un firme defensor la asociación Lógica (con la que comparto totalmente el planteamiento) y que tendríamos que poco a poco todos, uno a uno, ir aplicando en nuestros quehaceres cotidianos, en nuestro día a día, laboral y personal.


Yo simplemente espero que este manual “·La banana logística atlántico mediterránea” sirva de ejemplo para otras iniciativas. Y que del mismo modo, pueda servir este manual, para empezar un nuevo y largo camino que nos queda a todos por recorrer.